Tribuna Libre del Periodismo
Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor Servicio Panamericano de Noticias
Así lucen las instalaciones del Club Rcereativo Periodistas de Santiago |
Todos y cada uno y cada una de los
periodistas debemos de apoyar sin reservas la campaña con que inicia sus inscripciones el Club Recreativo de
los Periodistas de Santiago (CRPS) La
inscripción se anuncio como un privilegio a un costo de 1.000 pesos, y un pago
en julio y otro en noviembre de a 1.000 cada uno de membrecía, y aún así hay
resistencia para inscribirse.
Pero es que hay un problema de fondo, al
iniciar la campaña de inscripción sólo se habían inscrito siete personas en un
mes de promoción, de los cuáles dos o tres eran dirigentes de la directiva de
la institución y hay un adagio que reza: La ley entra por entre casa, es decir,
quiénes primero debieron inscribirse, son los directivos y no lo han hecho,
entonces con qué moral se dice que no hay interés y que los colegiados no
tienen capacidad de pago, lo que le falta es orientación y dirección.
El periodista en el ámbito general y
universal es moroso para aportar dinero a una causa sin importar cual
naturaleza tenga la misma, porque el periodismo tradicional fomentó una cultura
de mendicidad y de pedigüeño, y esa
cultura es la que postula démelo todo, sin aportar nada, como si existiese una
obligación para regalárselo todo, muchas veces a cambio de nada, porque en la
práctica y la realidad, el periodista es un obrero asalariado que cobra por su
trabajo, cuando se le paga poco, es un
problema de trabajador y empleador.
Y lo único que procede en esa situación y es correcto, es que si un periodista recibe un bajo salario
por su labor debe renunciar y buscar otra plaza más atractiva o dedicarse a
otro oficio. Pero la cultura de mendicidad y del pedigüeño empequeñece la figura del
periodista y malogra la vocación profesional.
El CPRS necesita respaldo,
liderazgo y solidaridad
Hay que conversar menos y proyectar más. La
idea de vender el espacio a particulares para sus fiestas y actividades
privadas es buena y genera buenos dividendos, pero primero hay que organizarse
a nivel de institución recreativa empoderar a los periodistas de ese patrimonio
que ya existe y es un una bendición del cielo, pero pretender vender espacios
vacíos, sin una cafetería bien surtida y una buena administración, sería como
entregar un garaje vacío a personas que necesitan un transporte inmediato.
Hay que estimular a los periodistas miembros
del CDP a que se dejen de tacañería y
que hagan el aporte necesario para
mantener al Club Recreativo en permanente actividad y que se convierta en hogar
no sólo de miembro activo, sino de su familia y que se establezca un reglamento
para afiliar a personas escogidas que con su presencia dignifiquen la
institución, aceptar a cualquier persona porque puede pagar la membrecía, sería
arrabalizar la institución.
Hace falta un liderazgo
mixto y ponderado
Si se quiere sacar hacia adelante el proyecto
del Club Recreativo como una institución familiar, hay que consolidar una
dirección mixta, nombrar periodistas con experiencia y vergüenza, jóvenes de
ambos sexo y tomar en cuenta a los
periodistas que con sus esfuerzos han logrado levantar el proyecto hasta donde
hoy se encuentra.
En una palabra, hay que dejar el provincialismo trasnochado atrás y tomar
en cuenta a los periodistas de ayer, y los de hoy y utilizar los recursos que sean
necesarios para emprender el largo camino por recorrer.@
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