martes, 8 de marzo de 2016

Vamos a darles un espaldarazo al Club Recreativo de los Periodistas de Santiago



Tribuna Libre del Periodismo
Por Luis Godofredo Pichardo/ Editor Servicio Panamericano de Noticias
Así lucen las instalaciones del Club Rcereativo Periodistas de Santiago
Club Recreativo de Periodistas de Santiago  en fase de organización
  Todos y cada uno y cada una de los periodistas debemos de apoyar sin reservas la campaña con que  inicia sus inscripciones el Club Recreativo de los Periodistas de Santiago (CRPS)  La inscripción se anuncio como un privilegio a un costo de 1.000 pesos, y un pago en julio y otro en noviembre de a 1.000 cada uno de membrecía, y aún así hay resistencia para inscribirse.
  Pero es que hay un problema de fondo, al iniciar la campaña de inscripción sólo se habían inscrito siete personas en un mes de promoción, de los cuáles dos o tres eran dirigentes de la directiva de la institución y hay un adagio que reza: La ley entra por entre casa, es decir, quiénes primero debieron inscribirse, son los directivos y no lo han hecho, entonces con qué moral se dice que no hay interés y que los colegiados no tienen capacidad de pago, lo que le falta es orientación y dirección.
  El periodista en el ámbito general y universal es moroso para aportar dinero a una causa sin importar cual naturaleza tenga la misma, porque el periodismo tradicional fomentó una cultura de mendicidad y de  pedigüeño, y esa cultura es la que postula démelo todo,  sin aportar nada, como si existiese una obligación para regalárselo todo, muchas veces a cambio de nada, porque en la práctica y la realidad, el periodista es un obrero asalariado que cobra por su trabajo, cuando se le paga poco,  es un problema de trabajador y empleador.
  Y lo único que procede en esa situación  y es correcto,  es que si un periodista recibe un bajo salario por su labor debe renunciar y buscar otra plaza más atractiva o dedicarse a otro oficio. Pero la cultura de mendicidad y  del pedigüeño empequeñece la figura del periodista y malogra la vocación profesional.
El CPRS necesita respaldo, liderazgo y solidaridad
  Hay que conversar menos y proyectar más. La idea de vender el espacio a particulares para sus fiestas y actividades privadas es buena y genera buenos dividendos, pero primero hay que organizarse a nivel de institución recreativa empoderar a los periodistas de ese patrimonio que ya existe y es un una bendición del cielo, pero pretender vender espacios vacíos, sin una cafetería bien surtida y una buena administración, sería como entregar un garaje vacío a personas que necesitan un transporte inmediato.
  Hay que estimular a los periodistas miembros del CDP a  que se dejen de tacañería y que hagan el aporte necesario  para mantener al Club Recreativo en permanente actividad y que se convierta en hogar no sólo de miembro activo, sino de su familia y que se establezca un reglamento para afiliar a personas escogidas que con su presencia dignifiquen la institución, aceptar a cualquier persona porque puede pagar la membrecía, sería arrabalizar la institución.
Hace falta un liderazgo mixto y ponderado
  Si se quiere sacar hacia adelante el proyecto del Club Recreativo como una institución familiar, hay que consolidar una dirección mixta, nombrar periodistas con experiencia y vergüenza, jóvenes de ambos sexo y tomar en cuenta a  los periodistas que con sus esfuerzos han logrado levantar el proyecto hasta donde hoy se encuentra.
  En una palabra, hay que  dejar el provincialismo trasnochado atrás y tomar en cuenta a los periodistas de ayer, y  los de hoy y utilizar los recursos que sean necesarios para emprender el largo camino por recorrer.@

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