La Metralleta de Don Godo
Por Luis Godofredo Pichardo
Agenda de casos extraños. Hace ya unos meses transcurridos de un crimen ocurrido
en la ciudad de Santiago de los Caballeros. Fue estrangulado un empresario de
transporte de nombre RS, era muy apreciado entre sus amistades y era un
transportista muy próspero.
El crimen se consumó en su residencia en el
centro de la ciudad corazón, dormía sólo en el momento del asalto, pero nadie
en su familia se preocupó por saber quien le había quitado la vida al occiso.
Sus herederos tres en total, se
concentraron en salvaguardar los bienes metálicos, bienes raíces, y el resto de
las posesiones del malogrado ciudadano.
Se filtró en círculos de familia que un ex
seguridad lo mandó a matar con un delincuente, pero el asunto no pasó de ahí,
ni sus hijos, ni el resto de sus parientes y familiares se ocuparon del crimen,
como quien dice, ya salimos del embrollo de tener a este miembro en la familia.
La Justicia sigue investigando, pero parece que dará las conclusiones de su
investigación en el siglo XXII.
Continuismo municipal.
No es raro ver al incumbente santiaguense municipal haciendo campaña para seguir cuatro
años más al frente del Cabildo de Santiago. En seis años no ha tenido tiempo de
higienizar la ciudad y el entorno citadino parece un basurero abandonado.
Los desperdicios son tantos y tan numerosos
que los contribuyentes ya no les hacen
caso. Concentró su gestión el doctor GS, en limpiar dos o tres cañadas,
construir o modernizar dos o tres puntos neurálgicos del tránsito caótico de la
ciudad y obras de menor cuantías, pero es la primera vez, en décadas que la ciudad corazón de Santiago
de los Caballeros, el primero de América, se ve tan sucio y abandonado.
Por suerte, parece que sus contrincantes le
darán una bofetada electoral y dejarás de chillar en contra de los periodistas
y de los munícipes que reclaman atención sanitaria para Santiago.
Tribuna
Libre del Periodismo. Es tiempo propicio para que se activen los pedigüeños
del periodismo reporteril y los programeros de radio y televisión. Estamos en
la antesala de la Navidad y hay que cambiar cachivaches viejos por nuevos y los
salarios son más pírricos cada día.
Los colegas salen con el macuto vacío en
estos tiempos pascueros con la esperanza de que, quien no pueda depositar un bono en metálico,
lo haga en mercancías o provisiones.
Y se aceptan ofertas y dádivas desde el arroz
criollo, hasta las habichuelas de Constanza. Aceite comestible de cualquier
marca, embustidos que sean de buena calidad, golosinas que no sean criollas, ni
vinos y whiskies baratos, porque de esos, se consiguen en Dajabón, o cualquier esquina
donde el contrabando hace de las suyas.
Antes, yo criticaba a los pedigüeños, pero caramba,
con el salario que reciben que apenas llega a 100 o 125 dólares por semana, no
se mantiene un hogar con tres o cuatro muchachos comilones. Y cuando hablo de
estas cifras estoy hablando de colegas bien pagados, la mayoría, jamás llega a
esa marca.
El periodismo es una profesión de ensueño que
entusiasma y compromete, pero cobra caro a los osados que incursionan en ella.
Nos vemos en una próxima entre si Dios y ustedes lo permiten.@
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